Mientras se debate la Ley Bases en el Senado, el sindicato SMATA presionó a los empleados de Toyota para que participen en la movilización en contra de la ley, amenazandolos con sanciones a quienes no asistan. 

Esta acción incluyó amenazas de sanciones para aquellos que no asistieron a la protesta, lo que ha generado críticas sobre la libertad de los trabajadores para decidir participar en manifestaciones políticas.

La presión sindical ejercida por SMATA despertó preocupación sobre posibles prácticas coercitivas que podrían afectar la libertad de los empleados de la automotriz. La movilización, según informes, estaba vinculada a un rechazo generalizado hacia la ley propuesta por el Gobierno, lo que sugiere una fuerte influencia sindical en cuestiones políticas que excede los límites de la representación laboral.

Este incidente resalta la tensión existente entre los sindicatos y la agenda política del Gobierno, especialmente en temas sensibles como la reforma laboral.